El Castillo de Acher es una de las montañas más originales que nos podemos encontrar en toda la Península Ibérica. Es como una fortaleza amurallada que resurge de en medio de la Selva de Oza. En su parte superior la montaña es una especie de valle karstico inclinado.
La subida clásica parte desde la llamada Selva de Oza, un magnífico bosque de hayas y abetos. Es una ruta que nos hará sufrir bastante pero en la que pasaremos por unos paisajes que nos dejarán con los ojos abiertos. Merece realmente la pena subir al Castillo de Acher.
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